"No quiero que mi teatro sea banal"

Entrevista para "La Voz Joven."

"Rats, casi un musical"

Ganadora del Florencio Sanchez al mejor musical, 2014.

"El Mate", en el Teatro La Comedia

Obra nominada en los ACE y ganador de un ATINA. La música fue compuesta por Carlos Gianni.

"Azulejos Amarillos"

De Ricardo Dubatti, dirigida por Sebastián Kirszner en el 2013.

Sebastián es director artístico de "(La Pausa) Teatral"

Realiza talleres de montaje y talleres de actuación.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Se viene (LA PAUSA) TEATRAL...




Desde Marzo del 2015, (La Pausa) Teatral, abrirá sus puertas.



Nació...

Una vieja fábrica de sombreros, o viseras de gorros, según el vecino que narre la historia del lugar. Un teléfono de Entel, cubierto de polvo. Telarañas, muchas. Un inodoro que nunca recicló su agua, y flotan en él espíritus de enterocolías o enteropausias, ya no se sabe. Una planta que según dice una vecina, da paltas, pero no muestra rastro de ellas. Alguien le tiró las paredes, ¿sabía que iba a haber un teatro allí? Bueno, lo curioso es que la hija, heredera de la propiedad, era docente. Entró a trabajar en el '90, la mandaron al cuarto piso, marginal altillo del jardín de infantes donde se daba el taller de teatro.
El día de la escritura ella me reconoció. Vos fuiste al jardín D. W. Yo fui tu primer maestra. Tu maestra de teatro.
Esto no es ficción.

Nació (La Pausa) teatral

sábado, 30 de agosto de 2014

Crítica de Rats, en el suple NO (Página 12)

JUEVES, 28 DE AGOSTO DE 2014

RATS, CASI UN MUSICAL ES CASI UN GUIÑO GENERACIONAL

“La de 2001 fue la fractura social más grande que nos tocó”

Sebastián Kirszner presenta una obra con códigos de absurdo y grotesco con gran injerencia de los vaivenes de la última década.
 Por Brian Majlin
Anclada en la intertextualidad, Rats, casi un musical remite inevitablemente a Cats, la obra que puso en escena durante más de 20 años Andrew Lloyd Webber. Pero no es el único guiño de la puesta escrita y dirigida por Sebastián Kirszner, parodia sobre la sociedad comercial que se basa en los guiños. Desde la actuación y sus gajes hasta la conformación de las burocracias sindicales, pasando por la tinellización, la fama, el show y la producción en cooperativa, los guiños son provocados por seis “ractrices”, pequeños mutantes formados a partir de la caída de un televisor en una heladera de un supermercado chino durante los saqueos de 2001, que dialogan con múltiples aspectos de la vida cotidiana y, sobre todo, con la generación que creció consumiendo el menemismo y las sobras.
El teatro de Kirszner atrapa por la sagacidad con la que enlaza el discurso crítico –reflexivo– con la comedia y el entretenimiento. Si en sus anteriores obras ya lo había mostrado (Las Memorias de Blanch, por ejemplo), en Rats ratifica –precisamente– un andar conferido al análisis de la sociedad a partir de posar la lupa sobre la actuación y el teatro. Las ractrices viven ensayando, discutiendo, soñando –desde Jan Klon Van Rat hasta la rata Marilyn, pasando por un burócrata sindical o el émulo de Shakespeare– debajo del Complejo Teatral San Ratín, viajan en el “Soretebus” por las cloacas y se debaten entre continuar con su modo de agrupación cooperativa de teatro o la entrada al mundo comercial de las corporaciones: un laboratorio quiere patrocinarlas.
Según Kirszner no hay búsqueda consciente de ubicarse en el registro de la parodia social, pero comprende, sí, que “la obra propia tiene tintes de comedia, de absurdo, de grotesco” y explica su visión: “El cuerpo del actor en escena siempre está opinando sobre ciertos temas de la realidad. A veces es más evidente, y otras desde lo micropolítico, también está resonando”.
En Rats la evidencia se da en las referencias a la tinellización, el show, la mediatización, el sueño de popularidad –irrumpir en la obra de los humanos y mostrar su valía como ractrices– versus el sueño de la independencia y el arte más elevado, sea lo que fuere. Kirszner le otorga a la búsqueda de fama el rol de “esa zanahoria del capitalismo que todos persiguen” y que deriva en la pregunta: “¿Es lo mismo producir bajo las lógicas de los laboratorios que bajo las de la cooperativa?”.

¿Y hay respuesta?

–Cada vez hay más movimiento entre los distintos circuitos: directores y actores que van y vienen entre el off, el comercial y el oficial. Esta tendencia hace que a veces ese límite no esté tan preciso: hay muchas obras del off, con lógicas de actuación tirando a “televisivas”, y también hay propuestas del comercial que impulsadas por creadores provenientes del off intentan cierta búsqueda poética. No sé si la pueden lograr. Rats abre esa pregunta.
Las respuestas, entonces, hay que buscarlas hacia adentro. Esta obra –como otras de teatristas coetáneos– dan la tecla en la identificación generacional con los adultos jóvenes post 2001. “Irrumpe como tema en varias porque fue la fractura social más grande que nos tocó, por eso resuena en nuestros relatos”, dice Kirszner. Una vez más, la noción de pintar la propia aldea –por pequeña que sea– para resonar nociones universales.

¿Cómo está la escena teatral en relación con posibilidades y salas?

–Desde el lugar de hacedores, a la hora de poner una obra en cartel siempre hablando del circuito alternativo, lo más difícil no es conseguir el espacio, que por suerte hay muchos, sino superar el umbral de las ocho funciones, generar que la obra entre en el circuito de la recomendación de boca en boca, y no hacerlo sólo para los familiares y amigos. Si se puede vivir del teatro es una pregunta obligada que circula en los pasillos donde se cruzan dos teatristas, pero se trata de vivir haciendo teatro, más que vivir del teatro.

Crítica de Rats, por El crítico enmascarado


Dejen ya mis latas, ratas


No, nada que ver, pero hace un par de años, leí la novela Gordo de Sagrado Sebakis (bah, algo que ver: Sagrado Sebakis la escribió Sebastián Kirzner y Rats es de Sebastián Kirszner, por un tiempo creí que eran la misma persona). Gordo incluye, según afirma su autor, tres novelas breves con una tónica similar: son cuadritos en los que vemos el derrotero de un personaje (el gordo del título, fácilmente homologable al propio autor) que nos cuenta anécdotas de su vida, sus obras, sus pensamientos. Entre proyectos no realizados, intentos de escritura, sexo, droga y poesía, se conforma un libro por fragmentos que se lee muy bien y que es divertidísimo. Pero, insisto, fragmentario. Uno puede abrirlo al azar y tomar cualquiera de sus capítulos, se reirá pero no encontrará mucha relación con su antecedente o su consecuente. Incluso, cada capítulo está numerado en forma azarosa. Sebakis acerca su prosa a su poesía y se muestra siempre inteligente y gracioso. Rats, un casi musical plagado de buenas ideas, parece tener un principio consitutivo similar: es una suma de fragmentos entretenidísimos en busca de una totalidad que no termina de cerrar.
Debió haber sido casi instantáneo, ni bien apareció Cats a muchísima gente se le habrá ocurrido hacer un musical que se llame Rats. Dudo que el de Kirsner sea el primero o el último, pero sí debe ser de los más particulares: unas ratas que saqueaban un supermercado chino en diciembre del 2001 recibieron alguna rara mutación por un cortocircuito y un yogurt. Modificadas, adquirieron el don de actuar; cada una de ellas con distinta inclinación: hay una rata naturalista (Daniel Ibarra), una declamatoria-shakespereana (Augusto Ghirardelli), una grotesco-discepoliana (Gisel Eiriz, de gran actuación), una vedette (Victoria Arrabaça), una musculada que sueña con hacer películas de acción (Ariel Bar-on) y una muda (Eduardo Lázaro) que toca la guitarra y mantiene la vena musical de la puesta a todo momento. El sueño de estas ratas es el de muchos otros actores: llegar al teatro San Martín (San Ratín en este caso). Tomar el cielo de la actuación por asalto, subirse a las tablas y hacer una escena de Romeo y Julieta. Insisto, me parece una idea genial. Una de las muchas que tiene esta obra.

Entre los grandes hallazgos de la puesta está en el vestuario, con texturas similares y distintos colores, se consiguen hacer ratas muy distintas pero perfectamente identificables. A esto se suma una módica y astuta escenografía: con una caja de fósforos enorme, se crea la ilusión de que la obra está en otra perspectiva y que las ratas son de un tamaño menor. Hay, también, una sábana en la que hay un agujero de ratón canónico, de dibujo animado. Los protagonistas se toman en broma esto mismo y reconocen que es sólo escenografía al no poder atravesarlo. La parte musical es breve y repetitiva, lo que le queda a uno en la cabeza es la canción principal de la trama que juega con el “ser o no ser” shakespereano a ritmo de Erik Satie. Lo que, quizás, juega en contra a la puesta es el exceso de digresiones. Hay muchos cuadros tangenciales que son siempre entretenidos e inteligentes pero que hacen perder fuerza al conflicto central. Así, la obra se diluye y puede hacerse larga de a momentos. El transporte entre excrementos, el casting y otras partes se notan como atisbos inteligentes y graciosos que no terminan de aportar a la progresión dramática. Por suerte, el final sí centraliza sus conflictos y nos arrastra, nos cuenta en tiempo récord una breve historia de amor y nos muestra el magno ascenso a las tablas del San Martín.

Es una obra, como tantas de la escena local, que habla del teatro y que puede ser un poco excluyente para los que no sean “del palo” pero, así y todo, hay muchísimas referencias a personajes típicos que, aunque uno no los conozca, bien los puede imaginar. Rats es un trabajo enorme de cuidada factura que gusta de mostrarse sucio en ocasiones, como su propuesta lo pide. Tiene ese encanto de las cosas en broma que se han tomado muy en serio, nos hace reirnos de los mecanismos de consagración y de la solemnidad del arte serio a la vez que nos muestra una devoción igual de fuerte e igual de conmovedora por las empresas inútiles, confirmando a Kirszner como uno de los dramaturgos jóvenes más personales e interesantes que hay en nuestra escena.
El Crítico Enmascarado

lunes, 25 de agosto de 2014

Se busca actriz de 40 a 60 años








Estamos buscando actriz de 40 a 60 años, para sumarse a nuestra compañía teatral.

Modo de trabajo: Cooperativa.

Es para proyecto teatral a estrenarse a mediados del 2015. Los ensayos comienzan en noviembre, con receso en Enero. Ensayos tres veces por semana.

Mandar mail a hola@sebaki.com.ar poniendo en el asunto ACTRIZ.
Adjuntar 2 fotos de book (una de cara, y otra de cuerpo), recorrido artístico, y Reel/ videos de trabajos. También disponibilidad horaria.

Muchas gracias!

Sebastián Kirszner.

*Solo se tendrán en cuenta los emails que cumplan con lo solicitado
** Se contestarán los emails preseleccionados para  la audición.

jueves, 14 de agosto de 2014

Crítica de Rats, en Revista 23, por Luis Mazas

TEATRO. DELICIOSO GUIÑO PARA TEATREROS

Cuando las ratas vienen actuando

POR L.M.

06.08.2014
    
        
Rats, casi un musical
Dramaturgia y Dirección: Sebastián Kirszner
Con Victoria Arrabaça, Ariel Baron y Gisel Eiriz. Los viernes a las 20.30 en La Tertulia, Gallo 826. Entrada: desde $ 70
En el subsuelo del Complejo San Ratín, varios roedores del teatro insurgente recrean la escena del balcón de Romeo y Julieta. La suplantación que no ahoga la belleza de ese momento perfecto del teatro universal forma parte de un paso festivo de Rats, una de las mejores propuestas que el under porteño nos depara hoy. Un “casi musical” de cámara que escapa a las concesiones fáciles y al lugar común. Escrito y concebido por Sebastián Kirszner (Las memorias de Blanch, El casting), quizá la urdimbre se desdibuje un poco bajo el delicioso juego de escena. Con agudos diálogos sobre el mundo del teatro; lo vocacional vs. lo comercial; ¿independientes o profesionales integrados al sistema comercial?
Las “ractrices” de teatro están dispuestas a apoderarse de Shakespeare y brillar; decirnos unas cuantas verdades colaterales, divertidas y ácidas, sobre su micromundo y la actualidad grande, encubiertas bajo la falsa frivolidad de la música. El espectáculo les habla a los teatristas con su propia jerga cargada de guiños cómplices. Ellos son el público primero al que va dirigido este ejercicio de teatro en el teatro, puesto en escena con ritmo indeclinable por un elenco de estupendo entrenamiento. Libres y disciplinados en perfecta interacción, individualmente tienen la impronta de la vieja “commedia” y así se incorpora lo individual a la acción colectiva sin producir cesura. En cuanto al público general, también pasará un momento gozoso porque la diestra energía, la simpatía de los actores son contagiosas. Rats vive su vida arropada por luces, música, máscaras, vestuario creativos e inmejorables. 
06.08.2014
   

Crítica de Rats, en el Buenos Aires Herald, por Alfredo Cernadas

Rats: attractive and bizarre


By Alfredo Cernadas
For The Herald
Actor-director and dramatist Sebastián Kirszner is a versatile man of the theatre who can delve in the most unexpected and bizarre subjects, such as Rats, an amusing, unexpected story about rodents, of all things. Thespian rodents, at that.
Their story began in 2002, during the dramatic times when BA was pillaged by angry citizens who stole whatever they needed and did not need. Among such menagerie, there was a group of six rats, who hid under a huge refrigerator in the San Ratín Theatre Complex (an obvious joke about the San Martín complex).
A pillager has stolen a TV set and, in his haste to leave, drops it on the fridge, a short circuit ensues, the rats acquire an acting gift, and they suddenly become “ractors” and “ratcresses.”
Their idea is to interrupt the performance of Romeo and Juliet, which the cast upstairs perform evey night. Then a sort of new world begins to exist, with ranks and rules an even their own music and songs. The result is an unexpected, attractive and bizarre entertainment with song and dance funnily performed by an evenly matched cast and an eloquent musician and guitarist: Daniel Ibarra, who also composed the music. Funny costumes by Mariela Rey, set and masks by Malena Bernardi.
Where & When
At La Tertulia (Gallo 826. Tel: 4865 0303). Friday 8.30pm.

viernes, 25 de julio de 2014

Crítica de Rats, en Página 12, por Poli Sabatés



VIERNES, 25 DE JULIO DE 2014
TEATRO › RATS, CASI UN MUSICAL, DE SEBASTIAN KIRSZNER, EN EL TEATRO LA TERTULIA

Cuando las ratas son más que una plaga

La puesta va más allá del simple gag de imaginar a unas ratas que, a causa de un cortocircuito, adquieren vida y se ponen a actuar: elenco y creadores se lucen en una obra que ofrece múltiples lecturas, sin abandonar su objetivo de entretener.

 Por Paula Sabatés
Rats, casi un musical, la última obra de Sebastián Kirszner, es un diálogo constante. Con su obra anterior, fundamentalmente, pero también con una tradición teatral y con la historia argentina reciente. Llamada así como guiño al emblemático musical Cats, la obra que se ve los viernes en el teatro La Tertulia tiene como protagonistas a un grupo de ratas que han adquirido el don de la actuación luego de un cortocircuito producido en una casa de electrodomésticos durante los saqueos de 2001. Así, las seis se transforman en “ractrices” y se van a vivir debajo del “Complejo Teatral San Ratín” (cualquier similitud...), donde pasan meses ensayando para interrumpir una función de Romeo y Julieta, hecha por humanos, y mostrar sus dotes artísticos.
Rats... no sólo conserva a tres de los actores (Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra y el músico Eduardo Lázaro) de Azulejos amarillos, puesta anterior de Kirszner sobre texto de Ricardo Dubatti. También toma de ella ciertos recursos como la música en vivo (aquélla no era una obra musical como ésta, pero casi) y el humor –absurdo en ésa, paródico en ésta–, y además mantiene con ese trabajo varios guiños intertextuales: Lázaro se llamaba en Azulejos... “músico bis” y aquí “N/N”, mientras todos los otros personajes tienen nombres, por ejemplo, y hasta se hace referencia al título de esa pieza como parte de una escena (“¡Andate Rattus Marilyn!... Dejame sola en este inmenso y frío baño de azulejos amarillos...”, dirá una de las ratas).
Esta autorreferencialidad es, justamente, lo que más acerca a las dos obras, y también a las anteriores del director, porque Kirszner antes escribió y montó Las memorias de Blanch, que combinaba al mundo del teatro con el de la muerte y El Casting, que reflejaba el sacrificado mundo del actor. Así, la reflexión sobre el hecho teatral mismo, sobre su tradición, es el eje de su obra. En Rats..., las actrices hacen “ratajación” antes de salir a escena, se reúnen en asamblea del sindicato de actores-ratas y prueban suerte en castings. Además, reflexionan sobre si entregarse a los laboratorios (¿el teatro comercial?) o no ceder ante ellos y sus presiones y reglas (“¿No estarás transando con los laboratorios, no? Ahí no hay arte, ¡sólo ampicilina, risperidona, clonazepam, beta-metazona...!, se recriminan unas a otras). Y entonces, así como Azulejos amarillos hablaba del mismo Kirszner y sus actores a través de la metáfora del hacer, Rats... también lo hace, ayudándolos a pensarse dentro del complejo mapa de la producción teatral.
Además del ingenio y la inteligencia de Kirszner, que nuevamente hace que al espectador le sigan cayendo ciertas fichas en días posteriores a la función, cabe destacar a los actores que, además de los mencionados, son Victoria Arrabaça, Ariel Bar-On y Gisel Eiriz. No sólo actúan, bailan y cantan la música original de Lázaro, sino que cada uno compone a su personaje-rata desde una estética distinta, que sostienen durante toda la obra. Así, hay una rata karateka, una que viene del music hall, otra del grotesco criollo y una con aires shakespereanos, por ejemplo. Y lo más valioso es que los actores evidencian esa diferencia aun bajo el mismo disfraz (una máscara con dientes que les tapa parte de la expresión del rostro), lo que hace que su tarea sea doblemente valiosa.
Con todo, este equipo de teatristas (también vuelve a trabajar con Kirszner la escenógrafa Lola Gullo, que en Azulejos... había hecho un gran trabajo y ahora arma un ingenioso ambiente “a escala rata”) reafirma que para hacer (buen) teatro hay que pensarse, todo el tiempo y quizás insistentemente. Porque sólo de esa reflexión –que puede ser explícita o no, eso depende– puede salir algo de verdad. Y eso Kirszner lo sabe. ¿O si no cómo se explica ese parlamento que incluye en su obra y que dice “¡No me hables tú de lo que tú no sientes sobre actuar!”?

lunes, 14 de julio de 2014

Entrevista en "Finde Conectadas"

El elenco de "Rats, casi un musical" en la radio!
Visitó los estudios de Finde Conectadas.

Escuchar. 

:::::: FINDE CONECTADAS :::::: 
Conducción: Athina Yanel Sgro (Buenas Noticias)
Columnistas: 
: Victoria Sciacca ( Luz, cámara, acción)
:: Daiana German Rieber (Dale una mano al futuro) 
::: Romina Rodriguez (Mujeres que dejaron su huella)
:::: Lucia Gonzales Rubio (Cuarta pared) 
::::: María Belén Sanagua ( La hora de circo)
Locución:
::: Sabrina Serra



Crítica de Rats, por Julieta Messer

Por Julieta Mariel Messer*
“Rats,casi un musical” escrita y dirigida por Sebastián Kirszner es una propuesta profundamente creativa que da cuenta de forma humorística del universo tan singular de los actores y sus intrincadas relaciones. Las seis “Rat-actrices” protagonistas de esta exquisita pieza teatral que pueden ver todos los viernes a las 21hs. en el teatro “La Tertulia” han adquirido el don de la teatralidad luego de que, durante el saqueo en la crisis Argentina de 2001 un hombre en un supermercado chino tropiece y deje caer un televisor sobre una heladera de lácteos dónde estaban guarecidas las ratas provocando un cortocircuito. Cargada de auto-referencialidad, “Rats” hará reír a quien ame el teatro y quién lo practique estallará en carcajadas identificándose minuto a minuto porque estas simpáticas Rat-actrices viven en el Complejo San Ratín (¿El Complejo General San Martín?),hacen Rat-ajación (¿relajación?) y estudian “Una Rat-actriz se prepara” (¿Será el texto de Stanislavski “Un actor se prepara”?). Más allá de los momentos de comicidad también las protagonistas dan a ver otras problemáticas como por ejemplo el momento de hacer un Casting, en donde se juegan los niveles de dominación y poder permanentemente apuntando a la reflexividad a través del uso de la expresividad y el sarcasmo. También las Rats reflexionan sobre la cuestión de género, al plantearse si las ratas masculinas del grupo deberían llamarse de otra manera o discuten por cuestiones sindicales acerca de formar un grupo de teatro autónomo o depender de los grandes laboratorios para su tarea actoral.
La escenografía a cargo de Jair Bellante, Jacquie Ferreira y Lola Gullo es hermosamente simple y austera, como así lo hubiese querido un Jerzy Grotowski en “Hacia un teatro pobre” o un Vsévolod Meyerhold en su “Teoría teatral” haciendo hincapié en la importante del cuerpo del actor y su productividad más que a ornamentaciones innecesarias. Compuesta de una cajita de fósforos tamaño extra large y un banquito para la Rat-actriz guitarrista alcanza para acompañar a los seis actores en escena: Victoria Arrabaça, Ariel Bar-on, GiselEiriz, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra y Eduardo Lázaro. Todos funcionan como un gran equipo y sostienen la difícil tarea de caracterización que se les presenta, con vestuario y máscaras (de Lola Gullo y Mariela Rey) para la ocasión cada uno va desarrollando particularidades de su personaje llevando a fondo el trabajo creativo personal. En este sentido la rat-actriz italiana que compone con desparpajo Gisela Eiriz se quedará en nuestros corazones para no irse con su generosa expresividad tana al máximo; la super-fornida y musculosa rat-actriz que le toca a Ariel Bar-On nos resultará inolvidable por sus movimientos graciosos y su extraña voz como salida de otro planeta; la rat-actriz glamorosa y luego “Julieta” de Shakespeare dulcemente interpretada por Victoria Arrabaça agregará el toque femenino y vocal; la rat-actriz que le toca a Augusto Ghirardelli nos hará doler el cuerpo de la risa con su sketch del “Casting” y nos hundirá en el llanto con su “Romeo”; la rat-actriz de Daniel Ibarra nos demostrará todo su poderío en la discusión sindical del grupo teatral constituyendo así uno de los personajes más logrados de la obra por su impecable dicción y firmeza dramática. Y finalmente la rat-actriz-música compuesta por Eduardo Lázaro quedará como la revelación actoral de la pieza al mostrarse ante el grupo como una gran recitadora de los textos Shakespereanos que quiere ganarse un lugar en el escenario como todos.
¡Sí! ¡Otra vez el gran William Shakespeare!, es el plus de la obra. “Romeo y Julieta” de quien fue el dramaturgo clave para el teatro Isabelino forma parte y se acopla a la historia de estas seis ratas que por error fueron poseídas por el don de la actuación. La inclusión de la poética enmarcada o incluída es un acierto que proyecta a la obra a lugares impensados, así se recitan los parlamentos más bellos del teatro del Renacimiento a través de las rat-actrices dándole aún más importancia al tema de la obra: el deseo de actuar y el deseo de ser mirados. Acción-Reacción-Recepción. (Un chiste sólo para rat-entendidos). Recomendadísima. Vuelen a comprar sus rat-entradas.


viernes, 4 de julio de 2014

Crítica de Rats por Laura Rauch

[Teatro] El teatro en la piel: Rats, casi un musical de Sebastián Kirszner














Por Laura Rauch 

Cuando ingresamos a una sala teatral para la celebración del rito escénico accedemos a un espacio mágico y siempre novedoso en donde aquello que se nos presente será verosímil, es decir, creeremos lo que nos digan, por extraño que parezca. Y es con este acto de fe que los espectadores somos invitados a Rats, casi un musical, en la cual nos encontramos con seis ratas que narrarán sus interrogantes existenciales y artísticos, sus deseos y proyectos personales e individuales. Estas ratas transformadas en seres poético-parlantes – también posibles de ser nombradas como ractrices - tras un accidente dentro del contexto de los saqueos del corralito del 2001, serán quienes copen un espacio vacío, provisto únicamente por un telón pintado y una inmensa caja de fósforos, poblándolo de música, baile y humor.

Estos seres que representan cada uno una estética diferente, pretenden convertirse en una compañía oficial cuyo objetivo los lleva por todos aquellos tópicos vinculares, burocráticos y estilísticos propios del quehacer teatral independiente, permitiéndonos reflexionar acerca del teatro desde dentro de las tablas, rasgo característico de la poética de Kirszner, donde la metareferencialidad a ciertos aspectos teatrales así como la mención a otras obras, propias o de autores clásicos, ahondan en su propuesta del teatro dentro del teatro, lo que nos lleva a pensar que, quizás, la mejor y más concreta forma de hablar del hecho teatral es definirlo en sí mismo, considerando siempre aquellos exponentes – como es el caso de Shakespeare - que lograron con sus textos y puestas la trascendencia del arte escénico.

Y tal vez este sea el objetivo de la puesta, dar cuenta de lo ontológico de este arte, de su íntima relación con los deseos - tema central en la pieza por él dirigida Azulejos Amarillos – y de la importancia de la imaginación tanto a la hora de su gestación como en su representación. Acompañan destacándose una escenografía simple y efectiva, así requerida ante el intenso desenvolvimiento de los personajes; el vestuario y las máscaras, que transforma a los actores en seis disimiles ratas; y la música, ejecutada en vivo por una de stas, brindándole al resto infinidad de climas que enmarquen sus relatos.

Cabe destacar la labor de los actores (Victoria Arrabaça, Ariel Bar-On, Gisel Eiriz, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro) puesto que parecen invisibilizarse detrás de los personajes, componiendo distintas estéticas – desde Shakespeare, pasando por Discépolo y el naturalismo hasta el musical – y que terminan hermanándose en una puesta plenamente orgánica, plagada de momentos oníricos, danzados, cantados y poéticos, dejando de lado lo solemne, permitiendo así el disfrute de todos los espectadores, vengan o no del ambiente teatral.

Rats, casi un musical, postula que lo más importante en el teatro es la dedicación, la perseverancia, y el amor a la profesión, algo que prevalece más allá de las especies.

Rats, casi un musical se presenta en Teatro La Tertulia (Gallo 826) los días viernes a las 20.30 hs.

Entrevista con Charly Zarate en "Del espesor de la experiencia"

Entrevista en "Del espesor de la experiencia" junto a Charly Zarate y Silvina Beigbeder.Escuchar

** Del espesor de la experiencia **
Jueves de 18 a 19 
Radio ArInfo Play 
On line: www.arinfoplay.com.ar
Idea, conducción y producción general: Charly Zárate 
Asistencia de producción: German Esteban Alem 
Mirada teatral: Silvina Beigbeder 

lunes, 23 de junio de 2014

Entrevista con Jorge Dubatti en Postales Argentinas

Entrevista del sábado 21 de junio en Postales Argentinas, con Jorge Dubatti, por la obra "Rats, casi un musical" que se presenta todos los viernes 20.30 en La Tertulia: Gallo 826
Escuchar nota:
https://www.youtube.com/watch?v=Q2luC4l6LUs&feature=youtu.be


Entrevista en el suplemento No de Página 12

JUEVES, 19 DE JUNIO DE 2014
LA “NOVISIMA DRAMATURGIA ARGENTINA”, COMPILADA

La generación del ’80

La filtración de la sociedad y la época en la obra y la autogestión son ejes de los textos de autores sub 35 que Ricardo Dubatti agrupó en libro.







 Por Brian Majlin

”El teatro es el momento en que la humanidad se enfrenta a sí misma”, dijo Arthur Miller. No es lo mismo que afirmar que el teatro es siempre universal, pero permite indagar en la renovación dramatúrgica argentina: el teatro refleja en cierto modo a su sociedad, a su época. Y en este momento argentino supone encontrar una generación que nació, se crió y convive con una serie de acontecimientos: la vuelta de la democracia, el neoliberalismo, la crisis de 2001, Cromañón, el vértigo tecnológico de los soportes de almacenamiento y reproducción, la revolución informativa –y formativa– de Internet, Los Simpson o los fichines, por citar algunos.
“Para mí el teatro puede reflejar su época, el problema fundamental es en qué grado, si es más o menos explícito. Cada autor representa la época pero a la vez opone resistencia. Muestra, pero jamás puede la totalidad”, dice Ricardo Dubatti, investigador y dramaturgo que dedica gran parte de sus días a recoger expresiones teatrales históricas. Así llegó al armado –en medio de otras investigaciones y tras impulsar el festival Novísima Dramaturgia Argentina– del libro OFF! Novísima dramaturgia argentina (Interzona, 2013), en el que compiló ocho obras de diversos autores locales para “dejar testimonio” de la expresión artística que surge entre los autores de la generación 1981-1990, que tienen entre 24 y 33 años.
“Creo que la época se muestra en las obras, y éstas son resultado del trabajo de los autores, que a su vez parte de elementos que provienen de su alrededor”, ensaya como primera definición Dubatti, y trae a la dialéctica como elemento distintivo: la sociedad se imprime en las obras de los autores que, a su vez, dejan su impronta en la sociedad.
Su esfuerzo como compilador teatral de su época es epopéyico y, desde el comienzo, un fallido. Es un contrasentido aprehender la totalidad de algo que no dejó de ocurrir. Para peor, el arte requiere de la perspectiva que sólo el tiempo aporta. “El hecho es estar frente a un material que cambia constantemente y del cual es muy problemático asumir que podemos ya sacar conclusiones. Pensar el teatro hoy para luego ver qué pasa; creo que es necesaria esa doble perspectiva.” Consciente de esa limitación, Dubatti se propuso registrar una potente dramaturgia que sale por los poros de una sociedad que no siempre los apoya o reconoce –la autogestión también emerge como patrón–. Como el ser humano automatiza su respiración, como los procesos celulares se oxigenan por los poros, la sociedad respira en las expresiones artísticas que emergen en cada resquicio. Son vitales.
El resultado es un libro diverso, de temáticas múltiples y sumamente heterogéneo –segundo elemento distintivo de esta novísima dramaturgia, según sus propios actores– con ocho obras de igual cantidad de autores (Natalia Casielles, Andrés Gallina, Sofía Guggiari, Sebastián Kirszner, Agostina López, Francisco Lumerman, Sol Rodríguez Seoane y Diego Faturos) pero que menciona en su prólogo a más de 20 y se asume incompleta.
“El principal rasgo común pareciera ser la divergencia”, dice Dubatti inmediatamente después de asumir un recorrido común, una época que los agrupa. “Las obras se construyen como procesos. No se busca escribir como otro, sino desarrollar algo personal desde esa vivencia creativa.” Ese es otro elemento distintivo –paradójico– de la nueva dramaturgia y de la sociedad: la individualidad. Lejos de los grupos creativos de otros tiempos –aunque proliferen las escuelas de arte dramático, los talleres, los maestros y haya agrupamientos reflexivos más que creativos– la creación es individual, como reconocen Lumerman, Kirszner y Gallina ante el NO. E incluso “autobiográfica”, según atisba una de ellos. Es, de todos modos, una forma de pintar la comunidad: de adentro hacia afuera.
“Cada autor es marcado a su manera por estos acontecimientos, toma ese bagaje y lo filtra a través de su subjetividad como modo de construir su visión”, dice el compilador. “Creo que lo generacional puede verse en que es una búsqueda más individual, y que cada uno busca su propia poética”, añade Lumerman y reconoce el influjo de época en tus últimas noches, la obra que aporta al libro: “Hay en los personajes una idea de futuro muy oscura, incierta, emparentada con la que teníamos los jóvenes en 2001”.
Para Gallina, en cambio, se hace difícil todavía “pensar en términos de generación porque lo que hay por ahora son primeros textos, experiencias germinales y algo de la frescura, la ingenuidad y el error de las óperas primas”. Sin embargo, aporta: “Hay un legado relevante en la formación dramatúrgica, la figura del teatrista, que cumple más de un rol –el dramaturgo que dirige o el director que escribe–, y cierta herencia punk en la voluntad por hacer teatro: eso de tocar en vivo antes de conocer el instrumento, como un aprendizaje en la acción. Y, finalmente, entre muchas otras, una dramaturgia que se va liberando de formas rígidas, hacia una apertura de materiales diversos, no siempre teatrales, más promiscuos”.
Gallina, en La última película de Paul Ellis, narra las aventuras y anhelos de un grupo de hermanos cinéfilos de Miramar –su pueblo– con una figura veterana de Hollywood. Mezcla videoclub, pueblito frente a la gran urbe y experiencias personales como las grabaciones de su padre, artista plástico, pero “todo deformado”. Habla de “pliegues autobiográficos” pero deja una última reflexión: “Crecimos, en algún punto, viendo la política por televisión, conviviendo con las novelas de la tarde; una política tinellizada, espectacular. Y creo que los textos están visitando de nuevo la historia política y social, como herencia, sin prejuicio o moderación”.
Kirszner, que es autor de Las memorias de Blanch y estrenó Rats, “casi un musical” con ratas mutadas actores durante un saqueo en un supermercado en 2001 (viernes a las 23 en La Tertulia), apela a la misma diversidad, pero busca un contacto en sus formas de trabajo: “Son textos, en su mayoría, escritos para ser dirigidos, en general por nosotros mismos, y llevados a escena mediante la autogestión”. Para él, el proceso individual encuentra sus correlatos en el afuera: “Luego de verlas en escena, suelo preguntarme dónde lo vi antes. Y en general la respuesta casi siempre es en Los Simpson o alguna película. Es que con tanta información que se nos brinda, con la aparición de Internet, uno sin darse cuenta toma algo y lo mete en la propia obra”.

jueves, 19 de junio de 2014

Crítica de Rats, por Cultura del Ser Producciones

Por Estela Gomez.

RATS, CASI UN MUSICAL 
Altamente · Recomendada

“En esta gran casa, desde las ratas, que conocen los desagües, hasta las palomas que no conocen nada, vivo y sospecho muchas cosas.”
Günter Grass.  

“Rats, casi un musical” 
De Sebastián Kirszner 

“Ser o no ser… ¿.ratas…?” .Sus características de inteligencia, ingenuidad, provocación y capacidad de adaptación, las llevaron a protagonizar “casi un musical”, lleno de melodías, color y grandes actuaciones, dentro de un contexto que nunca debemos olvidar: la crisis del año 2.001

Sobre los múltiples aspectos de las jornadas de diciembre de 2001 mucho es lo que se ha analizado y discutido. Sin embargo, su faceta más problemática, opaca e inquietante fueron los llamados "saqueos" que fueron una forma de acción colectiva que no sólo tuvieron un rol decisivo en el desenlace de la crisis política sino que estuvieron evidenciando estados claves de la vida social argentina. Por eso, nos podemos imaginar que no sólo estaba convulsionado el “mundo de arriba”, con personas ansiosas y desesperadas, si no que, también, repercutía en el “mundo de abajo”, donde pequeñas ratas de alcantarilla se sorprendían por ciertos acontecimientos fortuitos; y, una de las situaciones que pudo haber ocurrido en esos momentos es la que nos presenta el joven dramaturgo y director, Sebastián Kirszner, en su obra “ Rats, casi un musical”, que realiza un trabajo minucioso, concentrado en efectuar un paralelismo con la realidad, a través del “absurdo”, elaborando sus guiones con total concentración, prestando atención al ser humano, con todo el estudio y el cuidado que eso conlleva.

Increíblemente, dentro de la sala, nos preparamos para vivir una experiencia subterránea acompañados por seis autodenominadas “ratas” actrices, cuyos deseos son poner en práctica su gracia, que es el de la actuación. Para lograr éste objetivo pasan por una serie de ocurrentes circunstancias, que las unen y las hacen aún más fuertes. Nos encontramos entonces, con deidades “ractríces” interpretando varios papeles. Ellas, con todos sus egos y sus ambiciones, conviven aquí y nos muestran sus talentos, en un desfile muy desopilante. La diversidad de los personajes, nos reencuentra con nosotros mismos, con nuestros sueños y nuestras vidas llenas de inconvenientes y sinsabores, por eso “ellas” son un reflejo de éste mundo heterogéneo, complejo y cambiante.

El hecho teatral se produce lúdicamente, los artistas juegan a ser roedores y lo hacen espléndidamente. Es impresionante la forma en que se “adueñaron” de esos seres, continuamente atentos a sus sonidos, a sus manías, con posturas idénticas, e inclusive, podríamos decir, con iguales sentimientos.Victoria Arrabaça, Ariel Bar-on, Gisel Eiriz, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro, realizan un trabajo brillante, se destacan muchísimo cada uno, demostrando las capacidades artísticas que poseen. Destacamos, la labor del director, Sebastián Kirszner, que se ocupó y logró, junto a los actores, mantener a los personajes “intactos” durante toda la función; nunca abandonaron las cualidades de éstos graciosos animalitos, muchas veces temidos y combatidos.

La simbólica escenografía (dando cuenta del tamaño de los mamíferos), las sutiles máscaras (que le dan identidad), el apropiado diseño del vestuario (que las vuelve estéticamente atractivas), la oportuna iluminación (que las transportan en tiempo y espacio), y la música original (que las envuelve agradablemente), le dan a ésta puesta en escena un encuadre muy especial, transformando un mundo irreal en una creación llena de vida.

Recomendada porque combina creativas canciones, elaborados diálogos, excelentes actuaciones y detalladas coreografías, para contarnos las vicisitudes de los habitantes de un universo muy parecido al nuestro. Bajo una historia compartida, con un fuerte contenido emocional como es la ironía, se comunican a través del humor, de las palabras, la música, el movimiento, y más, como un todo integrado, lleno de teatralidad y alegría. Es un gran combo, que está preparado para disfrutarlo.

ALTAMENTE RECOMENDABLE.

Redactora: Estela Gómez

lunes, 16 de junio de 2014

Crítica de Rats, por Periódico El Duende

Rats, Casi un musical. 
A raíz de la crisis del 2001 se produce un saqueo en el que esta obra está inspirada y de un modo muy irónico los personajes en forma de ratas mutantes van atravesando un mundo subterráneo por los espacios de un teatro. Desfilan por él y van seduciendo al público como verdaderos representantes de un hecho real aunque transformado. La música los acompaña en todo momento y los trajes que usan son tan llamativos como toda la coreografía que se muestra a lo largo de la obra.
Merece la pena este musical tan divertido como ocurrente, en el que cada rata simboliza una personalidad diferente y es llevada con mucha gracia. No existe lo vulgar, sino por el contrario una delicadeza que se expresa en manera constante.

sábado, 7 de junio de 2014

"Rats, casi un musical", desde el viernes 13, en La Tertulia

RATS, CASI UN MUSICAL

EN ESTA NUEVA CREACIÓN, SEBASTIÁN KIRSZNER LE OFRECE AL ESPECTADOR UN ANTICIPO YA DESDE EL TÍTULO: UNA ALUSIÓN TAN CARGADA DE IRONÍA QUE CONFIGURA TODO UN MUNDO.
LA IRONÍA SE ANCLA EN ARGENTINA DEL 2001 DONDE SEIS RATAS MUTANTES HAN ADQUIRIDO EL DON DE LA ACTUACIÓN PRODUCTO DE UN HECHO FORTUITO OCURRIDO DURANTE UN SAQUEO.
HOY, ESTOS HABITANTES DEL “MUNDO DE ABAJO”, VIVEN EN LOS SÓTANOS DE UN EMBLEMÁTICO TEATRO PORTEÑO. CADA UNA DE LAS “RACTRICES”  ENCARNA Y SATIRIZA, DESDE UNA  SEX SYMBOL INTERNACIONAL, HASTA  UN PERSONAJE TAN POPULAR COMO EL DELEGADO SINDICAL.
UNA AMBIENTACIÓN  “A ESCALA RATA” Y UNA PUESTA EN ESCENA DONDE SE APELA A LO MUSICAL Y COREOGRÁFICO – CON MÚSICA EN VIVO- PARA CREAR UN ESPACIO QUE VA DE LO ONÍRICO A LO SUBTERRÁNEO.
EL VESTUARIO IMPACTA AL ESPECTADOR DESDE SU INGRESO A LA SALA Y ACOMPAÑA EL RITMO CASI CINEMATOGRÁFICO EN LA SUCESIÓN DE ESCENAS.

Estreno para público y prensaviernes 13 de junio, a las 20.30hs
Funciones: viernes a las 20.30 hs.
Teatro: LA TERTULIA
Dirección: Gallo 826 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 4865-0303
www.teatrolatertulia.com.ar
Entradas: $90 general / $70 estudiantes y jubilados

Duración de la obra: 70 minutos

Síntesis argumental

Un grupo de “ractrices“, que vive bajo el Complejo “San Ratin“, se entrena diariamente desde hace meses para interrumpir la función de “los de arriba“, y mostrar su don actoral.
En el 2001, durante los saqueos en la ciudad, 6 ratas se encontraban bajo una heladera de lácteos. Un hombre “saqueante“, en su apuro por saquear, tropieza, y deja caer un televisor directo a la heladera, produciendo un corto circuito fulminante. La ratas mutaron, adquiriendo “el don“.
Hoy, las mismas ratas, interrumpen Romeo y Julieta. Llegan al teatro, se “mantequillan”, vocalizan, se “ratajacean”, y finalmente... salen a escena…

Ficha artístico técnica

Actúan: Victoria Arrabaça, Ariel Bar-On, Gisel Eiriz, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro.
Música original: Eduardo Lázaro.
Coreografía: Malena Bernardi
Voz en off: Gisele Marchi
Escenografía y máscaras: Lola Gullo
Diseño y realización de vestuario: Mariela Rey
Telón: Jair Bellante y Jackie Ferreira
Diseño gráfico: Aldana Lukman
Dirección vocal: Ney Fros Cobelli
Diseño gráfico: Aldana Lukman
Fotos y Trailer: Kharonte films
Diseño y operador de luces: Ariel Campos
Prensa: Simkin & Franco
Dramaturgia y Dirección: Sebastián Kirszner


Como se gestó la obra
El punto de partida (una vez más), es la búsqueda de lenguaje, la creación de un mundo singular, con sus propias leyes. Alejados del naturalismo, se pretende la construcción de un relato autónomo, generando una realidad paralela. La obra se sostiene en la convivencia de seis cuerpos, atravesados por lo lúdico; se crea un mundo de seis ratas actrices (“ractrices”), creadas desde la composición actoral, el vestuario, y la música en vivo.
La creación de convenciones que alternan la ruptura del tiempo y el espacio.
Esta coreografía de cuerpos es la que sostiene el relato.


Sebastián Kirszner  -  Director y Dramaturgo
Como actor, se formó con Ricardo Bartis, Hugo Midón, Silvia Kanter, Guillermo Cacace, y Roxana Berco, entre otros.
Estudió dramaturgia con Ricardo Halac y  Mauricio Kartún.  Además realizó el ciclo de clases magistrales en el Malba, junto a Rafael Spregelburd y Alejandro Tantanian, entre otros.
Estudió dirección de actores con Guillermo Cacace.
Estrenó como autor "La Estación Intermedia" (Teatro La Ratonera); "No Matarás" (Auditorio Argentores); "La Beca", obra que también dirigió (La Mueca);  "Oíd Mortales, el agua sagrado", para el festival de Dramaturgia Emergente (Abasto Social Club); "Inseguendo un goal";  "El Casting" (El Fino- Entretelones), obra que también dirigió;  “Las Memorias de Blanch”, obra que también dirigió (El Extranjero). Además dirigió “Azulejos Amarillos” (El Camarín de las musas), de Ricardo Dubatti. “El casting” salió publicada en la antología de obras de Elsa Drucaroff: "Narrativas Emergentes Interzona", y fue publicado en el exterior para la editorial Theatralize de Alemania, traducida por Katherina Moring. “Las Memorias de Blanch”, fue publicada en “OFF! novísima dramaturgia Argentina”, compilación de Ricardo Dubatti.
También se despeñó en la obra “El Mate”, en el teatro La Comedia. La obra contó con música original de Carlos Gianni. “El Mate” fue nominado a los premios ACE 2008 en la terna “Mejor Infantil” y  fue ganadora del Premio ATINA a la Música Original del mismo año.
Es director del proyecto “Teatro Joven”, donde dicta clases de actuación.

Simkin & Franco
Estrategias de Prensa y Comunicación
Tel: 4964-5153
Celular Paula: 154 0289525
Celular Daniel: 156 1844830

Kirszner visitó San Luis, dando un seminario de montaje teatral














El director y dramaturgo Sebastián Kirszner llegó a San Luis para dictar el Taller de Montaje “Del juego a la construcción de lenguaje”, en el Centro Cultural de la UNSL.
El taller es organizado por el grupo teatral Los Presuntos con el apoyo de la SEU y está destinado a personas que buscan desarrollar su caudal creativo en el marco de la investigación colectiva y la puesta en escena. La propuesta abarca un Teatro novísimo, creador de lenguaje y de imágenes que despierten los sentidos; un Teatro de cuerpos y estados; un Teatro crítico de la "realidad".


domingo, 2 de marzo de 2014

Noche de terror en Florianópolis

SUPLEMENTOS 

VIAJES. CLARÍN 

Noche de terror en Florianópolis

Por Sebastián Kirszner, director de teatro.
02/03/14
Pocas veces sentí un “miedo de película”. Y mucho menos en un lugar supuestamente feliz: esto pasó en Florianópolis, nombre que uno rápidamente asocia a “praias” con vendedores ambulantes y familias sonrientes. Fuimos con mi novia a un complejo familiar en una playa de Cachoeira, y como lo habitual allí eran las cabañas familiares, las parejas íbamos a un departamento en una torre. Nos tocó el de arriba: tres pisos sin ascensor. Esa noche llovía a cántaros. La lluvia rebotaba sobre el techo, que parecía a punto de venirse abajo. Un súper trueno nos hizo abrir los ojos de golpe y mirarnos con asombro... Y entonces mi novia me dijo: “La luz del pasillo está encendida”. Sí, estaba. ¡Y era de esas luces que se encienden con movimiento! Se apagaba, y al ratito… volvía a encenderse. “Hay alguien afuera, ¿será algún animal?”, dije, como para decir algo. La secuencia se repitió varias veces, y empezamos a asustarnos. Llovía como si fuera la última vez. Estábamos en un tercer piso, lejos de todo y de todos: ¡si es un asesino serial, no tenemos adónde ir! Probé con un “¿Hola?”... nada. Espejito por debajo de la puerta... nada. Llamé a recepción: nadie atendía. ¡Estábamos en el horno! ¿Apareceríamos en Policiales del diario al día siguiente? Nos entregamos al sueño y, todavía no entiendo bien cómo, nos dormimos. A la mañana, brillaba el sol.