Representada en dos lapsos, vemos el ayer y se vislumbra mejor el presente. Fallecimientos, funerales y sucesiones son los enfrentamientos que unen y desunen a estos sufridos protagonistas que mezclan situaciones de humor negro y cuadros musicales desopilantes. El elenco está conformado por once artistas entre actores y músicos, responsables de dar vida a jugosos personajes creados por Kirszner.  Un personaje difícil de olvidar y que luce desde el principio es la bestia campestre, muy bien recreada por Augusto Ghirardelli, visceral y tierno a la vez. También se destaca Daniel Ibarra en el papel de hermano rebelde y distante, natural e irrefrenable.
Con un final sorprendente, la obra musical mantiene tensión y dinámica durante hora y cuarto. La música y las letras de la canciones son un condimento que divierte y complemente el divertido texto, ensalzando la sencilla puesta. Esta obra estupenda nos permite conocer una familia distinta, que genera empatía inmediata por la riqueza de cada personaje. Armónica y significativa, nos permite viajar a un pasado no tan lejano y revivir una dura etapa en la historia de Argentina. Cristian A. Domínguez