AZULEJOS AMARILLOS, de Ricardo Dubatti.
Dirigida por Sebastián Kirszner.
Dos albañiles vienen por el arreglo del baño de un teatro en construcción. Como éste espacio es el único que todavía no ha pasado por las mazas de los obreros, cuando estos llegan, se encuentran con los músicos de una obra de teatro, que se han encerrado en el baño a ensayar. No solo pareciera que esto no es un impedimento para comenzar con la “obra”, sino que además despierta el deseo de uno de ellos de ser mirado por estos profesionales del arte. Suenan melodías, pareciera que la “obra” va a comenzar, es cuando Pepe canta:
“Tu y
tus atavíos, poema repetido, égloga oscura, recubres todos mis sueños, mis
órganos y mis cañerías...
Tu
color me hipnotiza, tu sonido me desacraliza, el sólido hedor de tus sueños es
quien baña mis matutinas mañanas de dulce olvido.
He
decidido olvidarte, a tí y a tus hermanos, he decidido dejar de preocuparme por
ti, de preocuparme por ti.
Mi
tubería fea, tengo que dejarte atrás, tengo que olvidarte y seguir adelante.
Muchas
veces no sabemos lo que tenemos adelante hasta que entendemos lo que tenemos
detrás, el camino que se fue y no retorna.
Retorna
como experiencia, como nuevos azulejos amarillos que recubren ese baño que es
la vida.”
Palabras
del autor Ricardo Dubatti:
El arte una vez que es parido, es de uno
pero ya no lo es. Está en el mundo, es parte del mundo y, como el mundo mismo,
es tuyo pero eso no significa que funcione como uno lo desea. Azulejos
amarillos es eso, un pequeño pedazo de mundo, es decir, numerosas vivencias e
impresiones apelmazadas en una continuidad de tiempo que se van pero siempre
vuelven con algún nuevo matiz, quizás real, quizás pura invención.
Azulejos amarillos es un cruce de
vivencias: albañiles, Beckett y yo compartiendo mi casa durante algunas varias
semanas. Se trata de una "obra" en cierto modo
"iniciática". Es el resultado de muchas cavilaciones del autor,
cavilaciones que buscan jugar con el sentido del arte (y el deseo que ella produce)
como una constante que atraviesa la cotidianeidad de la vida de aquellos que
quieren (en aquél momento era más bien "queremos") hacer arte pero no
siempre saben muy bien por dónde comenzar. Un pequeño homenaje hacia la pasión
del querer hacer, del amateurismo, pero también del oficio. El resultado es
sencillo, dos albañiles que desean la trascendencia de la poesía, con la suma
de uno de los verdaderos Godots contemporáneos puesto al fondo: la reparación
que nunca llega (o al menos eso pareciera).
A esa suma hay que agregar un factor
fundamental más: el aporte de Carlos Manuel Varela, admiradísimo dramaturgo
uruguayo con el que tuvimos la posibilidad de charlar un poco sobre nuestra
fascinación por el teatro de Beckett, la poesía y el arte, con quien discutimos
sobre la labor de escribir, sobre la ontología de la obra, sobre Nietzsche y
Mallarmé. Esa conversación delineó, sin que me diera cuenta realmente, los ejes
clave de Azulejos amarillos y marcó mi forma de pensar el teatro. Uno de los
pocos seres humanos que me han escuchado recitar mi célebre poema del bidet en
voz alta.
Ricardo Dubatti.
Palabras
del director Sebastián Kirszner:
“Azulejos Amarillos” es una obra lúdica de albañiles singularizando el arreglo de un
baño. Las palabras de Ricardo Dubatti, plasmadas en los personajes de Pepe y
Pridamante son de tal apertura poética, que nos han permitido explorar
múltiples formas de abordar el material. En una búsqueda tonal, llegamos a esta
obra que hoy se estrena, cuerpos conviviendo con la música (en éste caso dos
personajes devenidos de la puesta en escena: “músico 2”, y “Músico 2-bis”), y el
inminente arreglo de un baño. Lo metateatral sobrevuela todo el tiempo:
Personajes que actúan personajes de la ficción “Azulejos Amarillos”. Otros que son personajes sin saber que son parte
de esta ficción. Todos persiguen ese sonido que se parece al de un canto de
sirenas (los Azulejos Amarillos). Un sonido que encarna el deseo de estos
personajes.
El espacio se configura
sobre la convivencia de signos teatrales, y otros del baño, instalando la imagen
de un baño de un teatro (o al menos un recorte de tal).
Así la puesta en escena
es atravesada por una melodía de cuerpos que emiten fugas (no de agua), y van instalando
progresivamente un mundo novedoso en cuanto al registro de la obra (devenido de
un absurdo).
Se trabajó sobre un
sistema de lógicas de poder que arman pequeños conflictos a lo largo de la obra,
y que van mutando, van rotando sus alianzas, hasta llegar al momento de
individualidad final donde los cuatro personajes se disputan a muerte por esos “azulejos amarillos”, metáfora del deseo.
Ficha técnica
Libro: Ricardo Dubatti.
Elenco (por orden alfabético): Augusto
Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro, Dionisio Javier Pastor.
Escenografía: Lola Gullo.
Diseño Gráfico: Lola Gullo.
Asistencia de dirección: Lola Gullo,
Victoria Arrabaça.
Fotografía: Victoria Cabrera.
Retoque Digital: Daniela Potente.
Diseño de luces: Sebastián Kirszner.
Música original: Gamal Hamed, Eduardo
Lázaro.
Dirección musical: Gamal Hamed.
Prensa: Simkin & Franco.
Dirección y puesta en escena: Sebastián
Kirszner.
Duración de la obra: 70 minutos.
Teatro Camarín de Las Musas.
Dirección: Mario Bravo 960
Capital Federal - Buenos Aires – Argentina
Reservas: http://elcamarindelasmusas.com.ar/
Funciones: Jueves 21.00
Estreno: jueves 1 de agosto del 2013, 21.00
Función de prensa: jueves 25 de julio.
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