domingo, 11 de agosto de 2013

Crítica a "Azulejos Amarillos" por Estela Gomez


















“La irracionalidad de una cosa no es un argumento en contra de su existencia, sino más bien una condición de la misma” Friedrich Nietzsche

Azulejos Amarillos

Escritura artística y análisis objetivo de la cotidianeidad.

A la vida cotidiana, la entendemos como una expresión inmediata, en un tiempo, en un espacio, en un ritmo, de las relaciones sociales de los hombres y de sus comportamientos y se manifiesta como un ejercicio en movimiento, con hechos múltiples y diversos que los vivimos como incuestionables, como una única forma de vida posible. Este encubrimiento y distorsión se debe a una ideología dogmática, que naturaliza lo social, universaliza lo particular y temporaliza lo histórico.

Ver una obra de teatro como “Azulejos Amarillos”, es comprobar que puede haber una desmitificación de la cotidianeidad, es intentar interrogar a los fenómenos y sus interrelaciones en búsqueda de su condición original.
El proceso de la dramaturgia, a cargo de Ricardo Dubatti, está orientado a la vida diaria de dos seres, Pepe (Dionisio Javier Pastor) y Pridamante (Augusto Ghirardelli), que nos muestran que hay otra forma de hacer las cosas, que por el mito de “lo natural”, “lo eterno”, y, lo que “es, simplemente es”, no nos podemos resignar y a aceptar sin cuestionar.

Estos dos albañiles, irrumpen en un baño para trabajar y se encuentran con dos músicos, músico (Daniel Ibarra) y músico bis (Eduardo Lázaro) ensayando una obra de teatro. A partir de ahí, comienzan a experimentar situaciones, a realizar rupturas generalmente acríticas, de lo obvio y lo natural, y, a poner el acento en el deseo, ese deseo que está muy adentro y que ellos dejan salir como una conjunción creativa plena. Así, podemos encontrarnos con poesías hacia actos fisiológicos, con historias de vidas compartidas entre los trabajadores y los artistas, y con acciones musicales inusuales como puede ser el sonido de las gotas de agua. Todo, acompañado por acciones paradójicas, gestos grandilocuentes y con mucho humor.

Muy comprometida es la dirección y la puesta en escena que Sebastián Kirszner, con mucho atino, nos presenta. Junto a los actores, realiza un juego teatral inteligente, apostando a a un grupo que tiene la visible intensión de buscar lenguajes que siempre serán novedad, o joven, en relación a lo ya conocido”. Y, como alguna vez, indicó su autor Ricardo Dubatti,  “HACER es el paso natural de la pasión…”,y, sí, ambos, dejan ver claramente la “pasión” que sienten al hacer ésta puesta.

Los actores, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro y Dionisio Javier Pastor, se destacan por sus similitudes, ya que son excelsos protagonistas y por  sus diferencias, porque en escena componen disímiles y complejos personajes a la perfección.
Recomendada, porque se proponen desocultar lo oculto, entrar en la apariencia para alcanzar la esencia de los hechos. Toda la obra es poesía, todo es creatividad, todo es arte.

Estela Gómez
25/07/2013

Ficha técnica
Libro: Ricardo Dubatti.
Elenco (por orden alfabético): Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro y Dionisio Javier Pastor.
Escenografía: Lola Gullo.
Diseño Gráfico: Lola Gullo.
Asistencia de Dirección: Lola Gullo y Victoria Arrabaça.
Fotografía: Victoria Cabrera.
Retoque Digital: Daniela Potente.
Diseño de luces: Sebastián Kirszner.
Música original: Gamal Hamed, y Eduardo Lázaro.
Dirección musical: Gamal Hamed.
Prensa: Simkin & Franco.
Dirección y Puesta en escena: Sebastián Kirszner.

Funciones: jueves a las 21hs.
El Camarín de Las Musas: Mario Bravo 960

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