lunes, 14 de julio de 2014

Crítica de Rats, por Julieta Messer

Por Julieta Mariel Messer*
“Rats,casi un musical” escrita y dirigida por Sebastián Kirszner es una propuesta profundamente creativa que da cuenta de forma humorística del universo tan singular de los actores y sus intrincadas relaciones. Las seis “Rat-actrices” protagonistas de esta exquisita pieza teatral que pueden ver todos los viernes a las 21hs. en el teatro “La Tertulia” han adquirido el don de la teatralidad luego de que, durante el saqueo en la crisis Argentina de 2001 un hombre en un supermercado chino tropiece y deje caer un televisor sobre una heladera de lácteos dónde estaban guarecidas las ratas provocando un cortocircuito. Cargada de auto-referencialidad, “Rats” hará reír a quien ame el teatro y quién lo practique estallará en carcajadas identificándose minuto a minuto porque estas simpáticas Rat-actrices viven en el Complejo San Ratín (¿El Complejo General San Martín?),hacen Rat-ajación (¿relajación?) y estudian “Una Rat-actriz se prepara” (¿Será el texto de Stanislavski “Un actor se prepara”?). Más allá de los momentos de comicidad también las protagonistas dan a ver otras problemáticas como por ejemplo el momento de hacer un Casting, en donde se juegan los niveles de dominación y poder permanentemente apuntando a la reflexividad a través del uso de la expresividad y el sarcasmo. También las Rats reflexionan sobre la cuestión de género, al plantearse si las ratas masculinas del grupo deberían llamarse de otra manera o discuten por cuestiones sindicales acerca de formar un grupo de teatro autónomo o depender de los grandes laboratorios para su tarea actoral.
La escenografía a cargo de Jair Bellante, Jacquie Ferreira y Lola Gullo es hermosamente simple y austera, como así lo hubiese querido un Jerzy Grotowski en “Hacia un teatro pobre” o un Vsévolod Meyerhold en su “Teoría teatral” haciendo hincapié en la importante del cuerpo del actor y su productividad más que a ornamentaciones innecesarias. Compuesta de una cajita de fósforos tamaño extra large y un banquito para la Rat-actriz guitarrista alcanza para acompañar a los seis actores en escena: Victoria Arrabaça, Ariel Bar-on, GiselEiriz, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra y Eduardo Lázaro. Todos funcionan como un gran equipo y sostienen la difícil tarea de caracterización que se les presenta, con vestuario y máscaras (de Lola Gullo y Mariela Rey) para la ocasión cada uno va desarrollando particularidades de su personaje llevando a fondo el trabajo creativo personal. En este sentido la rat-actriz italiana que compone con desparpajo Gisela Eiriz se quedará en nuestros corazones para no irse con su generosa expresividad tana al máximo; la super-fornida y musculosa rat-actriz que le toca a Ariel Bar-On nos resultará inolvidable por sus movimientos graciosos y su extraña voz como salida de otro planeta; la rat-actriz glamorosa y luego “Julieta” de Shakespeare dulcemente interpretada por Victoria Arrabaça agregará el toque femenino y vocal; la rat-actriz que le toca a Augusto Ghirardelli nos hará doler el cuerpo de la risa con su sketch del “Casting” y nos hundirá en el llanto con su “Romeo”; la rat-actriz de Daniel Ibarra nos demostrará todo su poderío en la discusión sindical del grupo teatral constituyendo así uno de los personajes más logrados de la obra por su impecable dicción y firmeza dramática. Y finalmente la rat-actriz-música compuesta por Eduardo Lázaro quedará como la revelación actoral de la pieza al mostrarse ante el grupo como una gran recitadora de los textos Shakespereanos que quiere ganarse un lugar en el escenario como todos.
¡Sí! ¡Otra vez el gran William Shakespeare!, es el plus de la obra. “Romeo y Julieta” de quien fue el dramaturgo clave para el teatro Isabelino forma parte y se acopla a la historia de estas seis ratas que por error fueron poseídas por el don de la actuación. La inclusión de la poética enmarcada o incluída es un acierto que proyecta a la obra a lugares impensados, así se recitan los parlamentos más bellos del teatro del Renacimiento a través de las rat-actrices dándole aún más importancia al tema de la obra: el deseo de actuar y el deseo de ser mirados. Acción-Reacción-Recepción. (Un chiste sólo para rat-entendidos). Recomendadísima. Vuelen a comprar sus rat-entradas.


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