Por
Julieta Mariel Messer*
“Rats,casi un musical” escrita
y dirigida por Sebastián Kirszner es una propuesta profundamente creativa que
da cuenta de forma humorística del universo tan singular de los actores y sus
intrincadas relaciones. Las seis “Rat-actrices” protagonistas de esta exquisita
pieza teatral que pueden ver todos los viernes a las 21hs. en el teatro “La
Tertulia” han adquirido el don de la teatralidad luego de que, durante el
saqueo en la crisis Argentina de 2001 un hombre en un supermercado chino
tropiece y deje caer un televisor sobre una heladera de lácteos dónde estaban
guarecidas las ratas provocando un cortocircuito. Cargada de
auto-referencialidad, “Rats” hará reír a quien ame el teatro y quién lo
practique estallará en carcajadas identificándose minuto a minuto porque estas
simpáticas Rat-actrices viven en el Complejo San Ratín (¿El Complejo General
San Martín?),hacen Rat-ajación (¿relajación?) y estudian “Una Rat-actriz se
prepara” (¿Será el texto de Stanislavski “Un actor se prepara”?). Más allá de
los momentos de comicidad también las protagonistas dan a ver otras problemáticas
como por ejemplo el momento de hacer un Casting, en donde se juegan los niveles
de dominación y poder permanentemente apuntando a la reflexividad a través del
uso de la expresividad y el sarcasmo. También las Rats reflexionan sobre la
cuestión de género, al plantearse si las ratas masculinas del grupo deberían
llamarse de otra manera o discuten por cuestiones sindicales acerca de formar
un grupo de teatro autónomo o depender de los grandes laboratorios para su
tarea actoral.
La escenografía a cargo de Jair Bellante, Jacquie Ferreira y Lola Gullo es
hermosamente simple y austera, como así lo hubiese querido un Jerzy Grotowski
en “Hacia un teatro pobre” o un Vsévolod Meyerhold en su “Teoría teatral”
haciendo hincapié en la importante del cuerpo del actor y su productividad más
que a ornamentaciones innecesarias. Compuesta de una cajita de fósforos tamaño
extra large y un banquito para la Rat-actriz guitarrista alcanza para acompañar
a los seis actores en escena: Victoria Arrabaça, Ariel Bar-on, GiselEiriz,
Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra y Eduardo Lázaro. Todos funcionan como un
gran equipo y sostienen la difícil tarea de caracterización que se les
presenta, con vestuario y máscaras (de Lola Gullo y Mariela Rey) para la
ocasión cada uno va desarrollando particularidades de su personaje llevando a
fondo el trabajo creativo personal. En este sentido la rat-actriz italiana que
compone con desparpajo Gisela Eiriz se quedará en nuestros corazones para no
irse con su generosa expresividad tana al máximo; la super-fornida y musculosa
rat-actriz que le toca a Ariel Bar-On nos resultará inolvidable por sus
movimientos graciosos y su extraña voz como salida de otro planeta; la rat-actriz
glamorosa y luego “Julieta” de Shakespeare dulcemente interpretada por Victoria
Arrabaça agregará el toque femenino y vocal; la rat-actriz que le toca a
Augusto Ghirardelli nos hará doler el cuerpo de la risa con su sketch del
“Casting” y nos hundirá en el llanto con su “Romeo”; la rat-actriz de Daniel
Ibarra nos demostrará todo su poderío en la discusión sindical del grupo
teatral constituyendo así uno de los personajes más logrados de la obra por su
impecable dicción y firmeza dramática. Y finalmente la rat-actriz-música
compuesta por Eduardo Lázaro quedará como la revelación actoral de la pieza al
mostrarse ante el grupo como una gran recitadora de los textos Shakespereanos
que quiere ganarse un lugar en el escenario como todos.
¡Sí! ¡Otra vez el gran William Shakespeare!, es el plus de la obra. “Romeo y Julieta” de quien fue el dramaturgo clave para el teatro Isabelino forma parte y se acopla a la historia de estas seis ratas que por error fueron poseídas por el don de la actuación. La inclusión de la poética enmarcada o incluída es un acierto que proyecta a la obra a lugares impensados, así se recitan los parlamentos más bellos del teatro del Renacimiento a través de las rat-actrices dándole aún más importancia al tema de la obra: el deseo de actuar y el deseo de ser mirados. Acción-Reacción-Recepción. (Un chiste sólo para rat-entendidos). Recomendadísima. Vuelen a comprar sus rat-entradas.
¡Sí! ¡Otra vez el gran William Shakespeare!, es el plus de la obra. “Romeo y Julieta” de quien fue el dramaturgo clave para el teatro Isabelino forma parte y se acopla a la historia de estas seis ratas que por error fueron poseídas por el don de la actuación. La inclusión de la poética enmarcada o incluída es un acierto que proyecta a la obra a lugares impensados, así se recitan los parlamentos más bellos del teatro del Renacimiento a través de las rat-actrices dándole aún más importancia al tema de la obra: el deseo de actuar y el deseo de ser mirados. Acción-Reacción-Recepción. (Un chiste sólo para rat-entendidos). Recomendadísima. Vuelen a comprar sus rat-entradas.
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