viernes, 4 de julio de 2014

Crítica de Rats por Laura Rauch

[Teatro] El teatro en la piel: Rats, casi un musical de Sebastián Kirszner














Por Laura Rauch 

Cuando ingresamos a una sala teatral para la celebración del rito escénico accedemos a un espacio mágico y siempre novedoso en donde aquello que se nos presente será verosímil, es decir, creeremos lo que nos digan, por extraño que parezca. Y es con este acto de fe que los espectadores somos invitados a Rats, casi un musical, en la cual nos encontramos con seis ratas que narrarán sus interrogantes existenciales y artísticos, sus deseos y proyectos personales e individuales. Estas ratas transformadas en seres poético-parlantes – también posibles de ser nombradas como ractrices - tras un accidente dentro del contexto de los saqueos del corralito del 2001, serán quienes copen un espacio vacío, provisto únicamente por un telón pintado y una inmensa caja de fósforos, poblándolo de música, baile y humor.

Estos seres que representan cada uno una estética diferente, pretenden convertirse en una compañía oficial cuyo objetivo los lleva por todos aquellos tópicos vinculares, burocráticos y estilísticos propios del quehacer teatral independiente, permitiéndonos reflexionar acerca del teatro desde dentro de las tablas, rasgo característico de la poética de Kirszner, donde la metareferencialidad a ciertos aspectos teatrales así como la mención a otras obras, propias o de autores clásicos, ahondan en su propuesta del teatro dentro del teatro, lo que nos lleva a pensar que, quizás, la mejor y más concreta forma de hablar del hecho teatral es definirlo en sí mismo, considerando siempre aquellos exponentes – como es el caso de Shakespeare - que lograron con sus textos y puestas la trascendencia del arte escénico.

Y tal vez este sea el objetivo de la puesta, dar cuenta de lo ontológico de este arte, de su íntima relación con los deseos - tema central en la pieza por él dirigida Azulejos Amarillos – y de la importancia de la imaginación tanto a la hora de su gestación como en su representación. Acompañan destacándose una escenografía simple y efectiva, así requerida ante el intenso desenvolvimiento de los personajes; el vestuario y las máscaras, que transforma a los actores en seis disimiles ratas; y la música, ejecutada en vivo por una de stas, brindándole al resto infinidad de climas que enmarquen sus relatos.

Cabe destacar la labor de los actores (Victoria Arrabaça, Ariel Bar-On, Gisel Eiriz, Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra, Eduardo Lázaro) puesto que parecen invisibilizarse detrás de los personajes, componiendo distintas estéticas – desde Shakespeare, pasando por Discépolo y el naturalismo hasta el musical – y que terminan hermanándose en una puesta plenamente orgánica, plagada de momentos oníricos, danzados, cantados y poéticos, dejando de lado lo solemne, permitiendo así el disfrute de todos los espectadores, vengan o no del ambiente teatral.

Rats, casi un musical, postula que lo más importante en el teatro es la dedicación, la perseverancia, y el amor a la profesión, algo que prevalece más allá de las especies.

Rats, casi un musical se presenta en Teatro La Tertulia (Gallo 826) los días viernes a las 20.30 hs.

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